El Athletic se reencuentra con la victoria en el derbi ante la Real

Foto: Athletic Club
Foto: Athletic Club

15 de Octubre de 2019 - Javier Ortiz de Lazcano (El Correo)

 

El Athletic necesitaba un partido como el del Reale Arena para sacudirse de encima la depresión. El equipo rojiblanco tuvo recursos, determinación, verticalidad e ideas claras para imponerse a la Real Sociedad. Se movió con seguridad y todo lo que hizo tuvo sentido. Por una vez llegó al clásico del fútbol vasco sin el cartel de favorito. No obstante, abandonó el Reale Arena reforzado y convencido de que arranca su ascensión hacia el sitio que debe ocupar en la tabla.

 

El Athletic llegó al derbi atormentado por su situación, con sólo tres puntos sobre doce posibles, una tragedia para el Club de mayor palmarés del fútbol femenino español y una situación muy incómoda para su entrenador debutante, Ángel Villacampa. Enmendar el pobre arranque en casa del eterno rival y hacerlo además con la bajas de cuatro piezas clave (Erika, Yulema, Lucía García y Ainhoa Álvarez) era el potente incentivo con el que llegaron las bilbaínas al duelo. Lo lograron. Al final del duelo explotaron en una mezcla de alegría y alivio.

 

La Real Sociedad era la otra cara de la moneda. Por primera vez desde su ascenso a la élite quince años atrás, llegó a un derbi sintiéndose superior a las rojiblancas. Pero todo sigue igual para ellas. La estadística es demoledora para las blanquiazules. De los 15 derbis jugados en Anoeta, sólo han ganado uno.

 

Hay que entender que se vinieran arriba durante la semana: lograron la mayor hazaña de su historia al ganar la Copa al Atlético de Madrid y su arranque de la campaña había sido el contrario que el de las rojiblancas, estaban invictas. Para las blanquiazules el partido tenía un premio muy atractivo. Ganarlo significaba seguir entre las primeras y dejar hundidas en el fondo y en crisis a sus rivales.

 

Las gradas hervían. Se mezclaban la pasión y el viento sur. El fútbol femenino vive desde hace años una nueva era, la de reunir a decenas de miles de personas en sus mejores partidos. Este domingo la entidad donostiarra marcó su hito al saltar hasta los 28.000 espectadores.

 

El arranque del duelo recordó a las mejores versiones anteriores de las rojiblancas. Ante unas realistas que aún miraban a las gradas para ver si vivían su récord de asistencia, las rojiblancas saltaron decididas a reivindicar su jerarquía en el fútbol vasco. Azkona rompió en velocidad a la defensa y sirvió a Nekane. Gol a los dos minutos.

 

El Athletic puso sobre la mesa en esa jugada una estrategia que siguió al pie de la letra durante el resto de partido. Tenía claro que lo mejor era apostar por la sencillez de los balones largos a Nekane y Azkona. La Real fue cogida una y otra vez a contrapié. Mendoza e Iraia vieron amarillas por agarrar de las camisetas a rivales que se les iban. Sólo la falta de un punto de sosiego para hilvanar más las jugadas impidió a las de Villacampa irse con una ventaja más clara al descanso.

 

Había que esperar que la Real se sacudiera la modorra en el descanso. Gonzalo Arconada dio entrada a Baños por Bárbara en un intento de reactivar el ataque. Sin embargo, el arranque de la segunda parte fue un calco de la primera. Azkona desbordó en el 47 y centró. Nekane estrelló la pelota en el larguero.

 

Heridas desde el arranque del partido, hubo muy pocas noticias en ataque de las donostiarras. La veterana Ainhoa (35 años cumplidos en septiembre) jugó su primer partido de la campaña. Villacampa buscaba cuajo en la portería en un duelo de alto voltaje. No le llegaron mucho, pero respondió con un alarde de reflejos a un remate a bocajarro de Baños mediada la segunda parte. Fue la única ocasión de envergadura de las locales.

 

La jugada inquietó al Athletic, que entendió el riesgo que suponía que los últimos minutos del duelo se convirtieran en un asedio de las realistas. Las de Villacampa estiraron líneas y dieron algún sobresalto a Quiñoñes antes del 0-2, como un disparo lejano ajustado al poste de Valdezate o un gol anulado a Azkona por fuera de juego en el 78'.

 

Azkona es una de esas jugadores que contagia a sus compañeras. A la infatigable extremo navarra se le fue largo un control en el área en su enésima cabalgada. No hay mal que por bien no venga. Esa imprecisión acabó convertida en asistencia a la recién salida Cirauqui, quien anotó el segundo gol visitante y sentenció el duelo.

 

Al Athletic le salió la vena competitiva que no había mostrado hasta el momento en el curso. Dio una sensación de equipo compacto y firme. El proyecto de Ángel Villacampa ya tiene un hito sobre el que edificarse.

 

Las jugadores rojiblancas se abrazaron emocionadas y exhaustas sobre el césped cuando la catalana Ainara Acebedo pitó el final. Diez minutos después del duelo aún seguían sobre el campo felicitándose y saludando a sus seguidores. Tenían motivos para la celebración. No hay nada que ponga más en valor la entereza de un equipo que llegar a un derbi con el agua al cuello y salir reforzado de él. La depresión se quedó en el vestuario de la Real, que ni cuando se siente superior puede con el Athletic.

 

Real Sociedad: Quiñoñes, Iraia (Blanco 80'), Maddi, Lucía, Mendoza, Itxaso, Eizagirre (Mirari 75'), Cardona, Palacios, Bautista (Manu 65') y Bárbara (Baños 46').

 

Athletic: Ainhoa, Moraza, Gimbert, Garazi, Eunate, Jone Ibáñez (Cirauqui 80'), Oroz (Marta Perea 76'), Damaris (Leia 58'), Unzué, Nekane (Valdezate 66') y Azkona.

 

Goles: 0-1 Nekane (2'), 0-2 Cirauqui (90').

 

Árbitra: Ainara Acebedo, del Colegio Catalán. Amarillas a las locales Mendoza e Iraia.

 

Incidencias: 28.367 espectadores en el Reale Arena.

Video: Athletic Club